AGUILAR. Cables de luz pelados, puntillas oxidadas en los asientos, bajantes de agua obstruidos y con líquido putrefacto, jardines abandonados… Ése es el panorama que presenta la “zona de juegos” que se construyó junto a la muralla de La Membrilla y la calle Inesperada cuando se reformó la travesía de la carretera N-331.
El portavoz municipal de UPOA, Antonio Zurera, ha criticado este lamentable estado de abandono.
Zurera ha instado a la delegación de Obras del Ayuntamiento a que precinte este recinto ya que presenta numerosas anomalías que pueden ocasionar graves daños en las personas que transiten por el lugar. Las más llamativas son los cables eléctricos que asoman por las cajetillas de la luz y que están “pelados”.
Asimismo hay numerosas puntillas oxidadas en los asientos de madera que sobresalen y pueden ocasionar cortes seguros a todo el que se siente. Bajantes de agua obstruidos o tablones de madera inexistentes son otras de las imperfecciones.
Antonio Zurera hizo hincapié en las vallas de acero que rodean el recinto y que tienen “numerosos chorreones de óxido lo que implica que cualquier corte que se produzca puede tener consecuencias inmediatas para la salud”.
Los jardines totalmente abandonados desde el mismo día en que se terminó la obra son otros de los aspectos que ponen de manifiesto “la dejadez del Ayuntamiento con este recinto que no sabemos muy bien qué es”.
Zurera recordó que ningún partido apoyó la construcción de esta infraestructura y que “UPOA hubiera levantado aquí una zona de aparcamientos conectada directamente con el cercano centro de salud, algo que hubiera sido mucho más práctico”. Incluso, añadió, “hubiera sido un lugar ideal para una estación de autobuses”.
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