AGUILAR. Hoy, 19 de enero, se cumple un año de la retirada de la cruz en la plaza de las Descalzas de Aguilar por parte del ayuntamiento. La decisión se conocía desde unos días antes cuando trascendió el expediente de la obra que la llevaría a cabo.
A partir de ese momento muchos conocieron que esa cruz no estaba allí desde siempre sino que fue levantada en el año 1938 como homenaje a los muertos en el bando nacional que luchó junto a Franco en la guerra civil. Aunque ese fue uno de los posibles argumentos para que el gobierno municipal planteara su retirada en virtud de la ley de memoria histórica no fue el que cobró peso en el expediente administrativo seguido ante la Consejería de Cultura.
Y es que, para poder retirarla, era preceptivo el dictamen favorable de Cultura puesto que se encontraba enclavada junto a la fachada de la iglesia de las Descalzas declarada Bien de Interés Cultural. En ese expediente se argumentó que en las obras de remodelación de la plaza se contemplaba la retirada de la cruz ya que el jardín que la rodeaba causaba humedades al templo.
La Junta dijo sí a la retirada al considerar la cruz un elemento ajeno a la iglesia que entorpecía la visión de la fachada. Así las cosas el Ayuntamiento tuvo vía libre para la retirada.
El día anterior a su retirada la Agrupación de Cofradías leyó un manifiesto afirmando que ya era un símbolo religioso para los aguilarenses. De hecho los partidarios de la cruz dijeron que las placas que hacían alusión a su origen político se retiraron hace cuarenta años.
Pero la decisión por parte del ayuntamiento era firme y el 19 de enero a primera hora de la mañana una grúa se dispuso a actuar. Un pequeño grupo de personas intentó impedir la retirada que, finalmente, se llevó a cabo. La noticia dio la vuelta al mundo y centenares de medios se hicieron eco de lo acontecido.
La polémica se incrementó aún más cuando se divulgaron unas fotografías con la cruz en un vertedero de escombros de Moriles. Las redes sociales ardieron en críticas a la alcaldesa y su equipo. Se colocaron cruces de madera en el mismo lugar. Incluso se pegó una cruz en la fachada de la iglesia que aún permanece hoy.
Abogados Cristianos interpusieron una querella criminal contra la alcaldesa por un presunto delito de odio contra los cristianos. Hasta ahora la justicia ha dado la razón a la regidora y no considera que haya actuado contra la ley.
A día de hoy, salvo para algunas personas, parece que las aguas se han amansado. Más aún cuando se ha planteado la construcción de una nueva cruz financiada por las cofradías que cuenta con el visto bueno del Consistorio. Ahora se está a la espera de que la delegación de Cultura de la Junta dictamine de manera favorable la colocación de esta nueva cruz.
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