AGUILAR. Dicen que una imagen vale más que mil palabras. La fotografía que ilustra esta información se ha tomado en la entrada al Gran Bar, uno de los restaurantes más antiguos y con más larga historia de los que existen en Aguilar.
Al comienzo del pasado verano, cuando ya se pudieron abrir los locales tras el confinamiento domiciliario, colocó un cartel en la entrada para indicar la reducción del aforo dejando claro cuántas personas podían permanecer en el interior. En aquel entonces eran 55 personas.
Poco después tuvo que corregir la cifra porque el aforo cambió y se amplió. Al poco tuvo que volver a cambiarla porque se redujo. Más tarde hubo que cambiar de nuevo…y así hasta 8 veces en nueve meses según consta en las numerosas correcciones.
Al igual que el Gran Bar todos los bares y restaurantes de Aguilar y de España han ido padeciendo no sólo el revés de la aguda crisis económica sino los continuos cambios en la normativa que ha ido rigiendo la evolución de la pandemia por coronavirus.
El responsable del Gran Bar, Juan Miguel Llamas, indicó a AGUILAR NOTICIAS que decidió no cambiar el cartel de la entrada y dejar marcadas todas las modificaciones de aforo para que quedara patente “el caos al que hemos estado sometidos durante todos estos meses los locales de restauración”. Según él hubiera sido mucho más fácil establecer una medida general de distancia entre mesas y sillas y no estar cambiando cada dos por tres el aforo del local.
Lo cierto y verdad es que uno de los sectores que ha salido más mal parado con la crisis sanitaria ha sido el de bares y restaurantes junto a otros, por supuesto, como feriantes y comercio.
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