Mañana viernes se ha convocado una manifestación que partirá a las siete de la tarde desde la plaza octogonal de San José.
AGUILAR. Mañana viernes, dos de marzo, se cumplirán diez años de la desaparición en Aguilar de Ángeles Zurera. Un misterioso caso que nunca se ha resuelto y que ha dejado a los familiares y amigos de la mujer sin saber nada de su paradero desde entonces.
Fue un 2 de marzo de 2008 cuando Angelines, como la conoce todo el mundo, desapareció sin dejar rastro de su casa en el Cerro Poca Paja de Aguilar. Entonces tenía 42 años y se había separado de su marido.
La noticia de su pérdida corrió como la pólvora y despertó la solidaridad de todos los aguilarenses. Su rostro apareció en todos los medios de comunicación nacionales. LES INFORMA AGUILAR TELEVISIÓN GRUPO COMUNICA.
Sus hijos, sus padres y sus hermanos quedaron rotos aquel 2 de marzo hasta el punto de que la vida para ellos ya nunca ha sido igual.
Durante las primeras semanas hubo numerosos rastreos por todo el término municipal de Aguilar. Unos rastreos que se han ido sucediendo hasta muchos años después en alcantarillas, alpechineras o lagunas. Pero nunca se ha descubierto ninguna pista.
Su ex marido fue investigado durante los años siguientes. Incluso fue condenado por los malos tratos que resultaron probados en una sentencia judicial. Y es que Angelines recibió un golpe por parte de su ex marido tan sólo unos días antes de su desaparición del que necesitó asistencia médica en el hospital comarcal de Montilla.
Por este motivo se levantó una nave en la que había trabajado la ex pareja ya que se tenía una empresa de movimiento de tierras. También se derribaron algunas paredes de una casa de su propiedad intentado buscar pruebas o el cuerpo sin vida de la desaparecida.
De hecho el ex marido ha sido el único imputado en la causa de la desaparición hasta que el juzgado de Aguilar lo archivó hace apenas tres meses. No obstante la investigación de la Guardia Civil no está cerrada.
Nunca se encontró nada. Y, además, nadie vio nada ni el día de la pérdida ni en días posteriores.
Desde el principio todo apunta a que la mujer no pudo irse por su propia voluntad. Se dejó atrás todas sus pertenecías así como las gafas y las lentillas sin las que apenas podía ver. La misma madrugada en la que desapareció había recibido una llamada de su ex pareja.
Según su familia no tenía motivos para irse porque estaba empezando a vivir mejor tras separarse de su marido.
Durante estos diez años las muestras de solidaridad no han cesado. Manifestaciones multitudinarias, la creación de una plataforma para no olvidar el caso o una pancarta que no se ha descolgado desde hace diez años en la puerta del juzgado aguilarense den buena muestra de que Ángeles Zurera sigue en el pensamiento de todos.
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