AGUILAR. Hoy, 20 de octubre, se cumplen diez años desde que la organización terrorista ETA anunciara de manera oficial que abandonaba las armas. Hasta ese momento unos 3.000 atentados y en torno a 864 muertos sembraron de pesar la sociedad española.
Y, por desgracia, Aguilar no fue ajena a ese reguero de sangre y muerte que dejó en el camino la banda terrorista. El 4 de agosto de 1985 moría asesinado de un tiro en la nuca el guardia civil aguilarense José Expósito Afán.
Tenia 62 años y desde hacía uno había pasado a la situación de reserva activa. El asesinato se produjo en la localidad de Elgoibar en Guipúzcoa a las 13.20 horas. Tan sólo media hora antes había terminado de celebrarse el funeral de otro guardia civil asesinado en Vitoria.
José Expósito Afán era padre de cuatro hijos. Vivía en Elgóibar desde hacía 35 años. Fue alcanzado por un único disparo en la nuca cuando, desarmado y vestido de paisano, caminaba en solitario por la plaza de la Magdalena, en el punto más céntrico de la localidad.
La prensa de la época cuenta que la bala, calibre 9 milímetros Parabellum, le atravesó el cerebro, provocándole la muerte instantánea. Los clientes del bar Tiroliro, situado a escasos metros del lugar del atentado, encontraron a José Expósito caído de bruces en la acera y ya muerto.
La víctima desempeñaba la función de interventor de armas.
La Policía Municipal de Elgóibar aseguró entonces que José Expósito se encontraba perfectamente integrado en la población, disponía de su propia cuadrilla de amigos y estaba bien considerado, en general, por su disposición a hacer favores a sus convecinos.
Así por ejemplo la aceleración de los trámites para la renovación de los documentos nacionales de identidad, de los pasaportes o de las licencias de caza,
Las mismas fuentes apuntaron entonces que a la hora en que fue asesinado José Expósito acostumbraba a realizar su habitual ronda de bares, un hábito que compartía casi siempre con amigos de su cuadrilla.
SU MADRE SE ENTERÓ DE LA NOTICIA EN LA RADIO
La noticia se recibió como un mazazo en Aguilar donde residía toda su familia. Su madre, ya mayor, se enteró de la noticia en el boletín informativo de una emisora a las dos de la tarde, apenas cuarenta minutos después del disparo que acabó con su vida. Fue precisamente ella la primera que con inmensa rabia y dolor conoció la noticia que nunca tenía que haber oído.
A partir de ese momento el estupor y la rabia contenida se extendieron por toda la localidad que estaba a las puertas de celebrar la Feria Real.
UNA CALLE CON SU NOMBRE
Aguilar cuenta desde hace algunos años con una calle que lleva el nombre del guardia civil asesinado, José Expósito Afán.
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