AGUILAR. Días muy especiales los que se están viviendo con la Virgen de los Dolores en el convento de las Madres Carmelitas Descalzas de Aguilar. Después de 117 años la imagen de Nuestra Señora de los Dolores volvió a entrar el pasado miércoles a este recinto sagrado. Y es que la relación entre la cofradía y las Madres Carmelitas es de las más intensas que existen en Aguilar.
Cuando la imagen de Los Dolores llegó a Aguilar en el año 1901 quedó alojada en este convento y no en la parroquia del Soterraño. Según consta en documentación escrita la Virgen llegó en un gran cajón desde Valencia dónde había sido realizada por José Romero Tena. Pero, claro, llegó sin vestir.
Al abrir la caja los hermanos de la cofradía quedaron maravillados por el rostro sublime de la Señora pero no tenían en ese momento ningún atuendo para Ella. Fueron las monjas carmelitas descalzas las que tuvieron una maravillosa idea.
Pensaron que, mientras la Virgen se vestía con una saya y un manto más apropiado, podría estar vestida con un hábito de monja carmelita. Y así fue. La vistieron como si de una hermana más se tratara.
Aunque no existe documentación gráfica de este momento, sí que existen datos escritos que avalan la historia tal y como fue.
Desde aquel momento la historia de la nueva imagen quedó claramente unida a la historia del convento aguilarense.
Por eso, ahora, 117 años después se ha producido un momento casi mágico. La Virgen de los Dolores entre las paredes barrocas de la iglesia del monasterio. La Virgen de los Dolores ante los ojos de la comunidad carmelita, sus madrinas.
Retazos de historia que van más allá de la vista porque se quedan clavados en el corazón.
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