AGUILAR. El poeta aguilarense Rafael Calero recibió el pasado domingo en Sevilla la distinción que le acredita como poseedor del galardón Antzinako Bihotz. Si se traduce del euskera quiere decir Corazón Arcaico.
El premio va acompañado de una casaca de la que se hace entrega en el momento del nombramiento. Se trata de una casaca de oficial del extinto ejército tibetano. En el certamen se reconoce que se trata de un uniforme de un país que ya no existe como símbolo de una lucha pacífica, “una neuroguerrilla imposible contra los gigantescos molinos tecnológicos y la insensatez de las estructuras de los estados y las plutocracias”.
Cada año es el distinguido con el reconocimiento el que elige a su sucesor. En esta ocasión ha sido Eladio Méndez, último galardonado, el que eligió al aguilarense Rafael Calero.
El premio, según consta en sus propias bases, “distingue la pureza y la desnudez de espíritu, la belleza moral, creativa y serena, el estado poético de la mente, el único estado que los herederos de Juan Ramón se comprometen a defender y a mantener”.
Rafael Calero expresó su orgullo por recibir este premio y poder vestir su casaca porque, entre otras cosas, “reconoce la poesía contra el olvido del corazón y el abandono de la sencillez y el cultivo interior de nuestra especie”.
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